Cuando por fin había conseguido encerrar a la serpiente en un lugar seguro, va y se escapa. Cuando por fin pude respirar tranquila, sin preocupaciones aparentes, sin temor, sin humo; va y aparece de nuevo en mi vida.
domingo, 19 de octubre de 2014
CARTA I
Hola.
Esta es la
primera vez que me atrevo a escribirte desde… ¿Hace cuánto ya? Quién sabe. El
caso es que me puesto a escribir esto sin pensarlo; es lo que tienen los folios
en blanco: nunca sabes con qué los llenarás esta vez. ¿Nostalgia?
¿Aburrimiento? No lo sé. Tampoco sé qué demonios estoy haciendo, si tal vez ni
siquiera te llegue nunca esta carta; pero lo intento, así me siento mejor. Es
una manera extraña que tengo que desahogarme, y desde el tiempo que hace que no
hablamos nos podemos considerar desconocidos. Y ya sabes lo que dices, ¿no? Cuéntale tus penas a un desconocido, te
sentirás mejor.
¿Cómo has
estado? ¡Qué pregunta más tonta! Bien y mal, como todos. No tienes por qué
contestar, de hecho, sé que no contestarás. La acumulación de años vuelve
imposible la respuesta a esta pregunta.
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